Categorías de conservación
Se propone mantener la ultima categorización para la especie en Argentina.. Habiendo sido evaluada, Cavia aperea no cumple con ninguno de los criterios que definen el resto de categorías propuestas. Con la información disponible hasta la fecha, las poblaciones con distribución en Argentina presentarían abundancias relativas entre bajas a intermedias o frecuentes, por lo tanto, su estatus es de Preocupación Menor (LC).
ICMBio/MMA (2018)
Saldívar et al. (2017)
Soutullo et al. (2009)
Taxonomía y nomenclatura
Cavia aperea (Erxleben, 1777)
Sinonimias según Dunnum (2015): azarae Lichtenstein, 1823; leucopyga Brandt, 1815; guianae (Thomas, 1901); caripensis Ojasti, 1964; venezuelae (J.A. Allen, 1911); hypoleuca Cabrera, 1953; pamparum (Thomas, 1901); patzelti Schliemann, 1982; rosida (Thomas, 1917). Como singularidad taxonómica, se podría comentar el reconocimiento de 7 subespecies, tres de las cuales presentarían poblaciones en Argentina: Cavia aperea pamparum Thomas, 1901; C. a. hypoleuca Cabrera, 1953; y C. a. aperea. Recientemente, Dunnum & Salazar Bravo (2010) sustentan lo anterior, estableciendo el clado [(C. a. hypoleuca + C. a. aperea) + C. a. pampalum)]
Información relevante para la evaluación del estado de conservación
La literatura sugiere una tendencia poblacional estable o inclusive en aumento para C. aperea en Argentina por lo tanto podría estimarse una posible estabilidad poblacional aunque con ciertas variaciones a lo largo de su distribución. Por ejemplo, en campañas recientes (verano 2015) en poblaciones naturales y áreas protegidas para el espinal santafesino (i.e., Reserva natural manejada El Fisco, San Cristóbal; y Reserva de usos múltiples Fundación F. Wildermuth, San Martin), de manera preliminar estarían indicando bajas abundancias relativas con un éxito de capturas casi despreciable. Este fenómeno podría responder a densidades altamente concentradas en ciertos parches, producto del movimiento de individuos (o grupos) por anegamiento o inundaciones, pisoteo, cría y pastoreo del ganado vacuno, desmonte o inclusive incendios tanto intencionales como accidentales. Estas amenazas favorecerían un incremento del numero de individuos y también de tamaño de grupos sociales para ambientes con ciertas características físicas (ambientes antropizados, altura del terreno, tipo y porcentaje de cobertura vegetal), y simultáneamente covarianza entre los factores de riesgo o amenazas antes mencionados, presiones depredadoras (tanto aérea como terrestre), tamaño corporal y capacidad de dispersión de cuises juveniles (e.g. Sachser 1986; Adrian et al. 2008). La concentración de individuos o grupos para ciertos sitios en un área natural extensa, indudablemente dificulta la metodología o hace poco sensible las capturas pese al esfuerzo de muestreo (Sobrero R., Eberhardt et al., datos no publicados)
Pacifici et al. (2013).
Cariotipos según Woods & Kilpatrick (2005), 2n=64 FN=116 o 128 (C. a. aperea, George et al. 1972; Maia 1984) y FN=128 (C. a. pamparum, Gava et al. 1998). Análisis filogenéticos entre cavidos, demuestran una relación significativa entre C. magna y C. aperea y además una distancia genética particularmente baja entre estas especies y C. aperea f. porcellus (Trillmich et al. 2004). Por otro lado, el sistema de apareamiento reportado para la especie se ajusta al poligínico por defensa de las hembras con escaso apareamiento promiscuo (Sachser 1986, Adrian & Sachser 2011). Esta evidencia encuentra sustento en el uso de 6 marcadores microsatélites para 15 camadas paridas por hembras capturadas en campo, indicando paternidad múltiple poco frecuente (13-17%, Asher et al. 2008)
Rango geográfico, ocurrencia y abundancia
Especie ampliamente distribuida en el centro y noreste de Argentina, y que a diferencia de otras especies de roedores caviomorfos, tanto endémicos como con amplio rango geográfico, no se registran procesos de extinciones locales durante el Holoceno.
Cassini & Galante (1992) estimaron variaciones anuales en las densidades de C. aperea (7-70 ind/ha) en agroecosistemas del NE de la Provincia de Buenos Aires. Sin embargo, con el objetivo de comparar y validar métodos, citamos estudios realizados en Brasil y Uruguay. Específicamente, en Ribeirão Preto (São Paulo, Brasil), para una población vinculada con una reserva universitaria, Asher et al. (2004) entre septiembre 1998 – marzo 1999 observaron 60 individuos en 4,8 ha, calculando una densidad máxima de 12,5 ind/ha. Posteriormente, entre noviembre 2000-marzo 2001, el mismo autor y otros (Asher et al. 2008) estudiaron una población uruguaya próxima al Refugio de Fauna Laguna de Castillos, Rocha. Este ultimo estudio reportó una densidad entre 27-32 ind/ha. Cabria aclarar que los estudios tanto para Brasil como para Uruguay utilizaron observaciones directas y telemetría, mientras que el estudio para Argentina utilizo un método indirecto a través de cuantificación de heces diarias y otros rastros por cuadrante o unidades de muestreos (60 unidades/30m en una transecta de 1800m). De los tres estudios, el realizado en Argentina y Brasil claramente registran un efecto borde o de hábitat lineal, es decir la relación entre un camino o área con escasa o nula cobertura sobre la cabeza y borde o limite próximo con alta cobertura
Desde año 2015 el Laboratorio de Ecología de Enfermedades (ICIVET Litoral UNL-CONICET), desarrolla línea de investigación sobre ecología conductual e inmunológica teniendo como principal objeto de estudio C. aperea. Específicamente, los experimentos realizados hasta el momento reportan conocimiento robusto sobre la relación sociabilidad e inmunocompetencia de los cuises en condiciones de semi-cautividad o clausuras (4, 0,125 ha cada una) para dispersión de individuos. Los resultados obtenidos corroboran el aporte desde la literatura y complementan con conocimiento inédito sobre la vida en grupo y dinámica de patógenos en C. aparea. Al mismo tiempo, y en conjunto con otros laboratorios, se están desarrollando avances en la comprensión de la varianza génica y cognición social de C. aperea como modelo de estudio no tradicional en biomedicina (Sobrero R., Eberhardt A., et al., datos no publicados)
Datos morfométricos
Rasgos eto-ecológicos
En condiciones de cautividad y semi-cautividad se registró, al igual que otros caviomorfos con alto grado de sociabilidad (e.g. Octodon degus), posible sincronización entre hembras durante el estro. En el mismo contexto de contención se puede observar hembras poliéstricas, sumado a los dos momentos anuales registrado en poblaciones naturales, fenómeno densodepediente y afectado por acceso y calidad de recurso alimenticio. Además, se reportan camadas entre 1–7 crías precociales. La tasa de recaptura para crías y juveniles indican una alta mortalidad tanto en poblaciones naturales como en condiciones de semi-cautividad. Por ultimo, el tiempo de gestación se establece entre 67–71 días, destete entre 20–25 días.
Macho residente + 1–3 hembras adultas + crías lactantes. A esta unidad social puede sumarse 1 macho satélite y ocasionalmente diferentes machos errantes o itinerantes. Los diferentes fenotipos sociales para los animales adultos se determinan según el tamaño y solapamiento de ámbitos de hogar, peso y estado reproductivo. Específicamente, machos residentes (>500 g, escrotales), machos satélites (<350 g, escrotales), machos errantes (350-500g) ámbitos de hogar inestables temporalmente en cuanto tamaño y solapamientos, aunque siempre de mayor tamaño que los ámbitos de hogar observados para machos residentes. En cuanto a las hembras, pueden observarse individuos preñados, no preñados, lactantes; con vagina perforada, semi-perforada y cerrada; según el desarrollo de las glándulas mamarias y sobre todo morfología y coloración de los pezones: uníparas y multíparas. (Asher et al. 2004, Asher et al. 2008, Adrian & Sachser 2011). Por ultimo, complementando la información ya aportada para sistemas de apareameniento en C. aperea, en cuanto cuidados comunitarios de crías, al parecer este sería un rasgo frecuente como en otras especies de roedores caviomorfos, incluyendo cuidados por parte de los machos por lo menos en condiciones controlados o de semicautividad (Adrian et al. 2005; Sobrero R.; Goggi J., datos no publicados)
Desconocido para Argentina. Según Asher et al. (2008) los ámbitos de hogar cuantificados para C. aperea en Refugio de Fauna Laguna de Castillos, Rocha, Uruguay: noviembre/diciembre 2000, Hembras 320±72 m2 (n=12); machos residentes (>500 g) 604 ± 162 m2 (n=4) machos satélites 164±15 m2 (n=2) machos itinerantes (n=5) no cuantificado, aunque cualitativamente >200m mayor a los machos residentes.
Conservación e investigación
Amenazas por grado: de 1 (menor) a 5 (mayor)
Amenazas determinadas por observación directa o información del tipo anecdótica. No obstante, se conoce el alto grado de sociabilidad o estructuración de la vida en grupo para la especie, lo cual la hace extremadamente susceptible a cualquier factor de amenaza con potencial impacto sobre rasgos (principalmente tamaño y composición de grupos sociales, uso del espacio) que determinan los diferentes fenotipos sociales observados para C. aperea.
Según SIB APN, Entre Ríos: PN Pre Delta; PN El Palmar. Buenos Aires: Reserva Natural Otamendi; PN Campos del Tuyú. Corrientes: PN Mburucuyá. Misiones: PN Iguazú; Reserva Natural Estricta San Antonio. Chaco: PN Chaco. Formosa: PN Río Pilcomayo. Córdoba: PN Quebrada del Condorito. Según Pautasso (2008) en Santa Fe: Reserva urbana UNL El Pozo (La Capital); Reserva Provincial Cayastá (Garay); Reserva Municipal Parque del Sol (Constitución); Reserva Municipal Laguna La Salada, Reserva laguna Melincué (General López); Reserva Universitaria Escuela Granja (Las Colonias); Reserva de usos múltiples Fundación F. Wildermuth (San Martin); y Reserva natural manejada El Fisco (San Cristóbal)
Desde año 2015 se estandarizaron todas las medidas relacionadas a manipulación, contención, alimentación, preñez y supervivencia de C. aperea en condiciones de cautividad y semicautividad. Este trabajo se desarrolló en 4 recintos localizados en la Estación Zoológica Experimental Granja La Esmeralda, ciudad de Santa Fe. Posteriormente, se comenzó con el trabajo experimental en 4 clausuras en la Escuela Granja UNL situada en la ciudad de Esperanza. Durante la segunda etapa, las capturas se realizaron por lo menos en 5 sitios naturales o agroecosistemas próximos a la ciudad de Esperanza. Cada campaña involucró un esfuerzo de 60 trampas activas/1 día-noche/sitio. El número total de animales monitoreados desde septiembre 2016 hasta enero 2017 fueron 181 (91 ♀ + 90 ♂). En cada clausura se distribuyeron aleatoriamente los individuos capturados. Considerando la masa corporal se identificaron 58% de individuos adultos (♂ >450 g, ♀ >300 g). Conjuntamente, al analizar la relación entre conducta social, estado reproductivo (testículos abdominales o escrotales) y masa corporal de machos, se encontraron los 3 fenotipos propuestos por la literatura. Siendo el fenotipo itinerante o errante el más frecuente (n=51), seguido por el satélite (n=20) y residentes (n=19). Estos fenotipos en los machos difieren en el grado de agresividad, tamaño y solapamientos para el ámbito de hogar. En cuanto a las hembras, se consiguió identificar el grado de preñez, número de partos (unípara o multípara), lactancia y condición reproductiva (abierta, semiabierta o cerrada). Simultáneamente se está midiendo la distancia ano-genital de hembras adultas (2,6±0,5mm), esto como indicador de masculinización. Durante esos meses se han registrado un total de 122 datos focales o conductuales (12,3±4,2') para 21 (11♂) animales adultos. El muestreo coincide con el período de mayor actividad de los animales (~07:00-12:00h; 14:00-19:00h)
Actualmente se reporta uso tradicional de consumo para la especie en por lo menos 3 departamentos de la provincia de Santa Fe: La Capital, 9 de Julio y San Cristóbal (Pautasso 2003). Durante principios del siglo XX, aunque muy mal cotizado, el cuero de los cuises fue comercializado en la provincia de Santa Fe (Pautasso 2008). Por iniciativa de pobladores, C. aperea al igual que los tuco-tucos (Ctenomys yolandae) fueron considerados plagas por vincularlos al consumo de corteza en plantaciones de cítricos (Departamento San Cristóbal, Santa Fe, Pautasso 2008). Villafañe et al. (2005) reporta la especie como plaga para la Provincia de Buenos Aires, al parecer categorización también establecida por los pobladores y carente de marco legal.
Se hace relevante a corto, mediano plazo concretar estudios sistematizados, utilizando métodos rigurosos y un número muestral significativo para generar datos representativos para densidades naturales (incluyendo agroecosistemas) y variaciones anuales que pueden ocurrir, focalizándose no solo en la zona central para la distribución argentina si no también en aquellas zonas marginales, chaco y bosque atlántico. Es probable que al igual que otras especies de roedores caviomorfos (e.g. Octodon degus, Sobrero, R. datos no publicados; ver Sachser 1986; Maher & Burger 2011), Cavia en Argentina, presente una varianza significativa para rasgos de historia de vida entre poblaciones y así un efecto diferencial de posibles amenazas sobre cada población residente. Mas aun, considerando la extensa distribución geográfica de C. aperea en Argentina, y la ocupación de ambientes contrastantes en cuanto variables ecológicas. Se sugiere estudios complementarios sobre todos los aspectos para la biología de la especie, aunque se identifica como prioritarios estudios ecológicos donde se considere el efecto o rol de machos satélites y errantes en la estructuración, integración y estabilidad social. Además, estudios sobre la dinámica poblacional y su relación con patógenos y zoonosis
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